lunes, 11 de junio de 2012

EME.

Hace mucho tiempo que una sonrisa no me cala tan dentro como la tuya.
No sé si fue la casualidad o el no conocerte lo suficiente lo que me hizo no darme cuenta antes de lo bien que suena tu voz y lo guapo que estás con tu pelo corto y esa camiseta blanca que constantemente me hace perder la cordura.
Como todas las personas he ido intentando llenar mi vida de personas perfectas y enamorarme de la persona más imperfecta de la pequeña ciudad fue, sin duda alguna, el mayor error que pude cometer. 
Después de los meses más largos del año y miles de recuerdos que borrar con fotos del próximo verano parece que el viento va a mi favor y junio ha llegado dándome las alegrías que abril me quitó.
Mi problema es que no se cuando parar, que por mucho que corra no me canso y que por culpa de un tequila soy capaz de plantarte el mejor beso de tu vida sin compromiso previo y, en ese caso, mi problema es tu problema porque, si  me dejas, te puedo enamorar con un beso y convertirme en la mujer de tu vida mientras revientas los muelles de una cama de 90.
Dicen que cuando una puerta se cierra una ventana se abre, y es cierto, pero, en esta ocasión, voy a cerrar la ventana porque detrás de la puerta me espera el mejor verano de mi vida.



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