Hiciste que aquella noche me sobraran los
motivos. Hiciste que aquella noche me pudieran las ganas. Pero hasta entonces no me había dado cuenta de lo
cerca que estaba. No sé cómo volviste a darle sentido a la complicidad que
tanto se busca y tan poco se encuentra. Te intenté odiar por eso, pero no puedo
odiar a alguien que me hace reír. Llevaba mucho tiempo sin notar ese deseo de
necesitar a alguien. Llevaba mucho más sin sentir ese cosquilleo. Por una vez
en mi vida quería que alguien me necesitase, quería que alguien tuviese miedo a
perderme, que alguien se perdiese al perderme, o se perdiese al no verme.
Y aunque al principio nos hacíamos los
desconocidos, cuando nos veíamos no sabíamos dónde besarnos, ni tampoco
sabíamos vernos y no besarnos. Eras complicado, eras un error que con el tiempo
se ha convertido en acierto. Tú eras más de decir cosas que no sentías, yo era
más de callar lo que sentía por miedo a terminar creyéndomelo. Y es normal,
cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loca por ti.
Dejé de rastrear bocas llenas de besos inútiles
que no valían ni la mitad que tú y dejé de buscar rasgos tuyos en los demás
porque al fin logré reemplazarlo todo por un poco de aire de más en mis
pulmones. Era lo que me decías. Eran las cosquillas. Era ese beso que me dabas
después de romper los muelles de mi cama. Me enamoré de alguien que cumplía, no
del que sólo prometía. Me enamoré del que me lo puso difícil, del que me obligó
a dar el primer paso. Me enamoré del que entendía mis silencios y no necesitaba
respuestas.
“Porque irse a dormir pensando en alguien es
mejor que sólo irse a dormir.”
Y ahora sonrío por todo lo que hemos vivido, por
todo lo que hemos compartido y por todas las idioteces que hemos hecho. Sonrío,
con o sin motivos, pero sonrío y todo gracias a ti.
Y lo admito, las cartas de amor son ridículas,
pero, al final, los más ridículos son los que jamás han escrito una.
Eres idiota, eres el dueño de mi desorden emocional, eres único para sacarme de quicio y muchas veces no soporto las cosas que dices, pero te quiero.
Y aunque a los 18 el mundo se ve muy grande y, debido a la dificultad que todo el mundo le pone a encontrar el amor a esta edad, no puedo afirmar que lo haya encontrado porque quizás aún no lo conozca, pero puedo asegurar que nunca he sido tan feliz.
P.D: NECESITO VACACIONES, ODIO 2º DE BACHILLERATO!!!
¡Qué bonito! Joe, qué suerte y espero que disfrutes de esto lo máximo posible y que sea el comienzo de una historia interminable :)
ResponderEliminarAh! Y mucha mierda con 2º! Ánimo que ya entras en la recta final!
¡Un beso!
Ojalá!! Jajaja
EliminarMuchas gracias de verdad, un beso muy fuerte!! :D