sábado, 7 de enero de 2012

Un café para uno.

Se acabó. Se cerró un año lleno de todo menos de amor y con él te cierras tú y tus mentiras. Nunca quise saber nada de tertulias apasionantes ni de romanticismos desmedidos pero llegó él y lo estropeó todo. Con el sonido de un motor y el viento a su favor se metió en mi piel y atravesó todas las barreras. Los días con él eran regalos, las horas segundos y los minutos deseos. Su cara de chulo enamora y sus andares de inseguro te suben la temperatura. Quizás tu eres como Sabina que por un tequila por cada cabreo perdió muchos sueños por no saber pedir perdón. Y quizás yo soy como aquella chica que piensa que todas las mujeres son un poco putas y todos los hombres poco galanes. Quizás no estamos hechos para estar juntos o quizás, y solamente quizás no haya nadie más perfecto para estar contigo que yo. El te quiero ha pasado a ser un pretérito  perfectamente imperfecto y el te necesito probablemente sea un futuro muy simple. Esta vez yo quería quererle querer y él no. Y así los besos, abrazos, caricias y las noches de amor pasaron a ser recuerdos y la soledad comenzó a ser mi mayor amiga. La vida son dos bailes y cuatro copas y lo mejor es dejar de existir y empezar a vivir. Sin ti, con risas y desmadres, con salidas y locuras, con viajes y libros, conmigo y sin lazos.Y haciendo un exceso me tiró dos besos...uno por mejilla.


Desde el rincón más oscuro de mi cama, dejando de echarte de menos.

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